«Egipto es un don del Nilo» (Heródoto), pues pocas civilizaciones tuvieron una relación tan determinante con un río. Su crecida anual permite la fertilidad y altísima densidad de población de una estrecha franja que recorre el
despoblado desierto norteafricano («desertizado» en el periodo postglacial) desde las cataratas del sur hasta el delta del norte. La dualidad entre el Alto Egipto y el Bajo Egipto forjó, sobre una sociedad campesina extraordinariamente estable y vinculada por el trabajo colectivo en las obras hidráulicas, unas instituciones y una cultura caracterizadas por la sacralización de la figura del faraón, la fortaleza de los templos, una eficaz burocracia y una compleja religión del más allá. Dentro de una gran continuidad a lo largo de milenios (que a veces se ha interpretado como homogeneidad o incluso estereotipación, con escasísimas excepciones ―el periodo de Amarna―), se mantuvo una repetida dialéctica entre la unidad y la disgregación en el devenir cíclico de las fases de la historia egipcia, con periodos de esplendor y de
Alto Egipto se denomina a la zona sur del país, la que se extiende desde el sur de la antigua región de Menfis (cercana a El Cairo), hasta la primera catarata del río Nilo (en Asuán). El nombre árabe es al-Sa'īd (الصعيد), pero durante la época faraónica se llamó schmau «tierra de la cebada». Sin embargo, la región del delta del Nilo recibe la denominación de Bajo Egipto.
Durante el periodo predinástico de Egipto surgieron dos reinos independientes: el Alto y el Bajo Egipto. Fueron reunidos por el faraón Menes, del Alto Egipto, bajo su mando, comenzando con este acontecimiento la historia dinástica de Egipto.
El Alto Egipto tenía un entorno excepcional: comprendía una llanura muy fértil gracias a los aluviones del Nilo, y producía excedentes alimenticios. A poca distancia, en el desierto colindante, había oasis desde los que se organizaban expediciones a los yacimientos mineros del desierto y a las montañas del Sinaí, para obtener metales y piedras preciosas.
Esta riqueza convirtió al país en un cruce de rutas comerciales, tanto por tierra desde Nubia al sur y el mar Rojo al este, la llamada ruta Uadi Hammamat, comercio que está confirmado por el hallazgo en Abidos de ánforas de vino procedentes de Canaán. Evidentemente, también existía la ruta fluvial del Nilo hacia el Delta. Esta riqueza del país se reflejaba en la de sus gobernantes, que emplearon parte de estas riquezas en sus tumbas.
Los primeros reyes del Alto Egipto consiguieron convencer a sus súbditos de dos sucesos fundamentales para ellos: que eran los responsables tanto de las crecidas del río, como de la unión con el Bajo Egipto, hechos que no se dejaron olvidar, manteniendo todo un rango de símbolos: el trono, la corona doble, los cetros, así como la identificación con los dioses; ya en tiempos predinásticos, el rey estaba «homologado» con Horus, que se encarnaba en cada faraón. El culto a Horus era practicado en todo Egipto.
Corona Blanca, espiga y buitre
en jeroglífico
S1
M23
G14
El dios supremo del Alto Egipto era Seth y el símbolo la corona Blanca (Hedyet), la diosa buitre Nejbet y la flor blanca de loto; otro símbolo fue el junco, frecuentemente representado junto con la abeja del Bajo Egipto, precediendo al cartucho que contenía el nombre del faraón.
La corona Blanca se unificó, al inicio de la primera dinastía, con la Corona Roja del Bajo Egipto, originando la Corona Doble, principal símbolo de los faraones como reyes del Alto y Bajo Egipto.
Bajo Egipto se denominaba en el Antiguo Egipto a la zona norte del país, y abarca desde el mar Mediterráneo hasta Dahshur, a 40 km al sur de El Cairo. Comprende la fértil región del delta del Nilo.
Corona Roja,
abeja y áspid
en jeroglífico
S3 L2
X1 I13
El Bajo Egipto era conocido como Ta-Mehu que significa "tierra del papiro". Es "bajo" en relación al curso del Nilo. Estaba representado por la corona Roja (Mhs, net, bit, deshret, uer) y la avispa. También el áspid, signo la diosa Uadyet, era el símbolo del Bajo Egipto (el buitre lo era del Alto Egipto). En el trono del faraón estaba representado por plantas de papiro (el sur por lotos).
Actualmente, hay dos canales principales que surcan el delta: uno al oeste, que desemboca junto a Rashid y otro al este, en Damieta. Plinio el Viejo y Heródoto describen siete brazos del Nilo, gracias a los cuales y a los canales y brazos secundarios del Delta los egipcios tenían una red de transporte tal que nunca tuvieron necesidad de construir carreteras; esto facilitó la unión entre ellos y dificultó las invasiones exteriores.
El Delta del Nilo es el territorio conformado por los fértiles depósitos aluviales del río Nilo al desembocar en el mar Mediterráneo. Está al norte de Egipto y tiene la forma de la letra griega Delta (Δ), de ahí el nombre dado por los antiguos griegos. Es uno de los deltas más grandes del mundo, abarcando aproximadamente desde Alejandría en el oeste a Puerto Saíd en el este, en la costa mediterránea, y hasta la ciudad de El Cairo por el sur. Aproximadamente, el delta tiene de norte a sur 160 km de longitud, y de este a oeste unos 240 kilómetros de costa. Es una región fértil, muy apta para la agricultura y densamente poblada. En el Antiguo Egipto estas tierras eran denominadas el Bajo Egipto.
Imagen tomada desde un satélite del delta del río Nilo.
Antiguas ciudades del delta:
Alejandría
Leontópolis
Sais
Bubastis / Tell Basta
Mendes
Avaris - Pi-Ramsés
Buto
Tanis
Naucratis
Hermópolis Parva
Crecimiento del delta[editar · editar código]
Hasta la construcción de la presa de Asuán, se estima que el delta aumentaba de superficie una media de un kilómetro cuadrado anualmente, o unos cuatro metros de longitud, a causa del aporte de limos (aproximadamente el doble de la superficie ocupada por la Ciudad del Vaticano)
Desde épocas de la primera dinastía el delta ha incrementado su superficie unos tres mil kilómetros cuadrados (una extensión mayor de la que poseen la cuarta parte de los países actuales1 ).
crisis.
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